viernes, 2 de noviembre de 2012

Boda de Luxemburgo, 2ª parte

Los relámpagos (estilísticos) de la cena de gala finalmente no se tradujeron en la tormenta que anunciaban. Nadie me gustó al cien por cien pero al menos no hice tantas muecas de desconcierto. O quizás es que la retina ya se había acostumbrado…


La novia, como siempre, merece una mención aparte. Como ya os he contado en la primera parte, Stéphanie de Lannoy dejó todo su vestuario en manos de Elie Saab, quien diseñó un vestido de color marfil bordado con hilo de plata y transparencias en escote y mangas. Es, obviamente, un vestido bonito pero a mí las mangas tres cuartos nunca me han entusiasmado y menos para un traje de novia. También lo veo muy recargado de encaje y brillo. Para bien y para mal es muy Elie Saab.


Dediquemos un momento a las damas de honor, esa figura que en España no existe y yo reivindico. Sí, lo sé, debe de ser una pesadilla hacer el paseillo hasta el altar enfundada con un vestido hortera en tonos pasteles, pero quizás porque siempre lo he visto desde la distancia, me parece divertido. Además, siempre puedes hacer un Pippa, ya sabéis, la dama de honor sexy que le quita el protagonismo a la novia. Estas mozas, sin embargo, salvaron su dignidad con unos vestidos bastante decentes de color melocotón.

EL ÉXITO SE LES HA SUBIDO A LA CABEZA


Supongo que es lo pasa cuando todo el mundo te alaba: piensas que puedes con todo hasta que se te va de la mano.

Letizia: Si bien esta pamela de Pablo y Mayaya es preciosa, era demasiado grande para su cabeza y le tapaba mucho la cara, lo que para mi gusto fastidió el look. El abrigo y el vestido (que podéis ver aquí) era, cómo no, de Felipe Varela. Muy chulo pero me pregunto si acaso el cuello del abrigo podría haber sido un pelín más moderno. Yo creo que sí.

Mary Donaldson: La heredera del trono de Dinamarca se está convirtiendo en una fashion victim a pasos agigantados. Tiene una buena estilista que la está ayudando mucho a lograr use look moderno tan propio de las nórdicas, pero esta vez, por querer ir de guay, opino que también la ha fastidiado. El vestido lady de color vino con escote en V, le quedaba perfecto a su tipín; el ‘peplum’ (los volantes en la cadera) son muy in esta temporada; el cinturón drapeado, vale; pero ese sombrero cordobés y ladeado me desconcierta. ¿Qué ha pasado, señorita?

Máxima de Holanda: Definitivamente está obsesionada con las mangas, porque este look es de otro diseñador diferente al del vestido de gala. Aunque aquí lo preocupante es el plumón que se puso en la cabeza, que de tan alto, necesitaría pasar por el control de gálibo a la entrada de un túnel. Yo creo que más de un fotógrafo se vio apurado para meterlo todo en el plano.

EL RESTO DE ROYALS


Mette-Marit de Noruega: Sí querida, la madre de la novia falleció hace dos meses, pero no por ello había que ir vestida de luto. Que, además, este look te echa unos cuantos kilos encima. Y... ¿soy la única que piensa que podría pasar por la doble de Yulia Timoshenko con esa cinta entrelazada en el pelo?

Miriam Ungría: Se lo puso todo encima: perlas, péplum, falda plisada, volantes en cascada y, por supuesto, pamelón y guantes. Dejaría el armario vacio.

Matilde de Bélgica: Ya sabemos que le encantan los rasos y las plataformas, pero sus looks pecan mucho de aburridos y los cortes son muy holgados. Vamos, que sobra tela. También le sobra, según N, la “hoja de lechuga” que llevaba en la cabeza.


Victoria de Suecia: Para mi gusto, muy mala combinación de colores maquillaje. Quedaba un look feo. Y el abrigo con plisados a modo de panel, a.k.a. escamas de pez, es el colmo del aburrimiento.

Marie Chantal Miller: Este vestido podría gustarme, y mucho, si no fuera porque la pronunciada, aunque opaca, transparencia en forma de V en el escote me parece demasiado para una boda real. Además, le marca demasiado el pecho y eso sí que es un no-no. Todavía hay clases, que dirían algunos.

Sophie Wessex: ¿Le veis un aire Fergie a este vestido? Porque yo sí…


Carolina de Mónaco: La han puesto por las nubes pero a mí no me gusta. Ni las mangas por encima del codo ni el color, que me parece muy poco favorecedor.

Clothilde Courau: Este fue de los pocos que me gustó pese a mi aversión hacia las mangas tres cuartos y a que le hacia el pecho muy raro. Pero tiene detalles actuales, el color es bonito y las sandalias de tacón son chulas.

Lalla Salma de Marruecos: Lo malo de no conocer otras culturas es que no sabes si su look es acertado o no. En su yo creo que iba muy bien. De hecho, tanto N. como yo pensamos que fue de las mejor vestidas. Todo bien conjuntado y correcto hasta donde llega nuestro conocimiento.

LAS VETERANAS


Maria Teresa de Luxemburgo: Este lazo XXL creo que la hacía más XXL, cosa que me apena. Por lo demás nada que objetar. Es más, me encanta este tocado tan poco habitual en una evento real.

Margarita de Dinamarca: No me puedo creer lo que voy a escribir pero me gustaba como iba… Acostumbrados a tantos excesos, se ha pasado al minimalismo.

Margarita de Bulgaria: Muy bien para una mujer de su edad. Discreta y muy elegante.


Silvia de Suecia: El escote no me convence, el conjunto tienen arrugas y las mangas le sobran varios metros de tela.

Ana Maria de Grecia: Otra que se echó un par de tallas más encima con ese abrigo oversized. Señoras, las proporciones lo son todo.

Beatriz de Holanda: Ala, ésta se puso lo suyo y lo que la faltaba a la de Dinamarca. Y pese a que esas mangas son hipnotizantes, no puedo dejar de mirar ese sombrero en forma de tarta.

En fin, hasta aquí mi análisis. Hasta la próxima!

jueves, 1 de noviembre de 2012

Boda de Luxemburgo, 1ª parte

He vuelto. Y eso que hasta yo misma lo dudaba. Mantener un blog requiere algo de lo que no dispongo últimamente: tiempo. Y eso que este es esporádico… Pero la semana pasada me divertí mucho viendo los modelitos de la única boda real del año y recordé lo bien que me lo paso escribiendo estas líneas. Así que allá va mi particular resumen: todas suspendidas. Bueno, casi todas. No recuerdo un enlace principesco que me haya provocado tanta desazón a medida que pasaba las fotos. Colores aburridos, complementos desafortunados y más de un despropósito.

Empezaré con la cena de gala previa al enlace religioso y así dejaré lo ‘mejor’ para el final. A buen entendedor…

La novia, Stéphanie de Lannoy, confió a Elie Saab todo el vestuario para los fastos. No ha habido manera de encontrar una foto de cuerpo entero pero lo que veo me gusta.

Lástima que no pueda decir lo mismo de lo que viene a continuación...


Máxima de Holanda: Si los bordados plateados con forma de rombos no fueran suficientemente feos (para mi gusto), Máxima encima va y los adorna con un mega bolero de tul en volantes. Sólo diré una cosa: ¿Por qué, Máxima, por qué?

Mette-Marit de Noruega: Lo siento, no voy a tener piedad: horrible los bordados de pedrería, horrible el cuello redondo y la manga corta. Tampoco me convencen las ondas al agua en el pelo.

Marta Luisa de Noruega: Supongo que a la cuñada de Mette-Marit le gusta Ferran Adrià. Ambos apuestan por la deconstrucción. Él con la comida y ella con una bola de discoteca.


Miriam Ungría: Es la esposa de heredero de los derechos dinásticos de Bulgaria. Esta es su primera aparición en un evento real desde que sufriera un grave accidente de tráfico que dejó incapacitado a su marido. Me sabe mal meterme con ella pero no me gusta nada el brillo ni el color del vestido. Tampoco los guantes.

Paola de Bélgica: Ahí hay tul para cubrir todo el país.

Lalla Salma de Marruecos: Nada que objetar de su elegante caftán y sus taconazos. Ahora bien, con este peinado, ¿quién diría que sólo tiene 34 años???


A partir de aquí la cosa empieza a mejorar.

Carolina de Mónaco: Llamadme quisquillosa pero no me gusta el largo de la manga ni la franja lateral de la falda. La espalda, eso sí, espectacular. Y un diez por atreverse a su edad con semejante escote posterior. Algunas de treinta no se atreverían…

Claire de Bélgica: El vestido y el color no me  matan pero me gusta que alguien de la realeza por fin enseñe los pies en una cena de gala.


Marie Chantal de Grecia: Muy correcta y muy mona pero estos vestidos de Elie Saab hace mucho tiempo que me aburren.

Ana María de Grecia: La reina de los griegos iba muy bien para su edad. Buen patrón y discreto.

Matilde de Bélgica: Bastante bien dentro de las líneas románticas que tanto le gustan a la herdera belga. Ella, además, siempre apuesta por colores tan bonitos como azul.


Marie Astrid de Austria: El típico vestido que asocio a la realeza. Y me gusta, que conste. Le ajusta como un guante y el color y la asimetría del escote son un acierto.

Clotilde Courau: Mi preferido, por la combinación de colores, la delicadeza del encaje, el cinturón dorado... Quizás la espalda es un pelín atrevida para la realeza (es más pronunciado que el de Carolina) pero a ella se lo perdonamos porque es francesa, actriz y, no nos engañemos, los Saboyas, como los de Mónaco, son una monarquía de opereta, que diría Peñafiel…
 

martes, 29 de mayo de 2012

Cannes 2012

No, no me había olvidado del blog, pero las obligaciones laborales no me permitieron comentar la gala del Metropolitan Museum ni la cada vez más fashion Cena de Corresponsales de la Casa Blanca o el Festival de Málaga, que este año estuvo de lo más interesante. Amén del Jubileo de la reina Isabel II, del que también podría haber escrito unas líneas. Por falta de material os aseguro que no fue…

Como los festivales son muy largos, esta vez he seleccionado los mejores y peores looks a modo de resumen. Espero escribir un poco más con el de Venencia.

A destacar: las francesas. Me encanta ese punto roquero y osado tan Cannes del corpiño negro con cinturón de Marion Cotillard y la cazadora de piel y los botines de Emilie Simon. Y luego está Virginie Ledoyen, tan chic ella. Jessica Chastain perfecta de día y Diane Kruger notable de noche (espectacular además con ese miriñaque a cuadros), pero, sin embargo, ambas aparecen también en la lista de las peores. En fin, lo mismo le pasó a Sandra Bullock cuando ganó el Oscar y el Razzie el mismo año… Y por último la grata sorpresa de Nicole Kidman, que con ese vestido naranja me recordó a esos looks magníficos que lució en sus últimos años como señora Cruise.

LO MEJOR DEL DÍA


LO MEJOR DE LA NOCHE





LO PEOR DEL DÍA


LO PEOR DE LA NOCHE





P.D. Se ha hablado mucho del efecto Angelina en Cannes, pero creo que sin razón. Vestidos con apertura literal para enseñar pierna se llevan desde la prehistoria, mientras que hacer un Angelina significa coger una tendinitis en el abductor para enseñar pata, y no ha sido el caso.